Cientos y miles de personas dejamos nuestros países de origen, con mucha tristeza, para intentar buscar, en un país desarrollado, otros caminos. Me tocó venir a España con el fin de mejorar el nivel de vida de mi familia.
El viaje, el billete de avión, nos costó un ojo de la cara y nos endeudamos para después pagar el doble o el triple. Muchas agencias de viaje se enriquecen porque se aprovechan de la angustia y el miedo que tenemos cada uno de nosotros; digo “miedo” porque para pagar un billete de avión, llegar a España y pasar la aduana tienes que tener valor y suerte, si no la tienes te regresan. Y el doble de lo que han pagado, en billete de avión, lo tienen que pagar en su país como sea.
Yo pasé inmigración con el corazón en un puño; me dio penilla de las personas que no lo consiguieron y regresaban llorando.
Me costó mucho dejar a mi familia, mi madre enferma, mi hija…fue un sufrimiento. “¡Qué pesadilla este viaje!” pensaba el primer y el segundo mes de mi estancia aquí en España. Gracias a Dios, tuve el amor de mi hermana y el consuelo de que uno está aquí trabajando para ayudar a nuestros seres queridos; poco a poco te vas acostumbrando a todo, a la cultura, a sus costumbres, sus comidas.
Aún recuerdo todavía cuando vine por primera vez al pueblo; estaba algo asustada y no conocía a nadie. Llegué a trabajar donde Carmen, una persona mayor; los primeros días se me hizo duro porque me quedaba sola, pero sus hijos y nietos me brindaron su afecto, su comprensión y me hicieron sentir que estaba en casa.
Quiero dar las gracias a mis vecinas de la calle Cruz, Mari Ángeles y Carmelita, a Isabel y su familia, y a toda la gente que me dio su ayuda para seguir adelante.
Hay personas cuyo trato y amistad dejan huella, personas que transmiten a los demás algo de sí mismo, su bondad, su ternura, su sensibilidad, su sencillez, su sentido del humor, su espíritu y su solidaridad; todas estas cualidades las he encontrado en las gentes de este querido pueblito acogedor donde trabajo”.
El viaje, el billete de avión, nos costó un ojo de la cara y nos endeudamos para después pagar el doble o el triple. Muchas agencias de viaje se enriquecen porque se aprovechan de la angustia y el miedo que tenemos cada uno de nosotros; digo “miedo” porque para pagar un billete de avión, llegar a España y pasar la aduana tienes que tener valor y suerte, si no la tienes te regresan. Y el doble de lo que han pagado, en billete de avión, lo tienen que pagar en su país como sea.
Yo pasé inmigración con el corazón en un puño; me dio penilla de las personas que no lo consiguieron y regresaban llorando.
Me costó mucho dejar a mi familia, mi madre enferma, mi hija…fue un sufrimiento. “¡Qué pesadilla este viaje!” pensaba el primer y el segundo mes de mi estancia aquí en España. Gracias a Dios, tuve el amor de mi hermana y el consuelo de que uno está aquí trabajando para ayudar a nuestros seres queridos; poco a poco te vas acostumbrando a todo, a la cultura, a sus costumbres, sus comidas.
Aún recuerdo todavía cuando vine por primera vez al pueblo; estaba algo asustada y no conocía a nadie. Llegué a trabajar donde Carmen, una persona mayor; los primeros días se me hizo duro porque me quedaba sola, pero sus hijos y nietos me brindaron su afecto, su comprensión y me hicieron sentir que estaba en casa.
Quiero dar las gracias a mis vecinas de la calle Cruz, Mari Ángeles y Carmelita, a Isabel y su familia, y a toda la gente que me dio su ayuda para seguir adelante.
Hay personas cuyo trato y amistad dejan huella, personas que transmiten a los demás algo de sí mismo, su bondad, su ternura, su sensibilidad, su sencillez, su sentido del humor, su espíritu y su solidaridad; todas estas cualidades las he encontrado en las gentes de este querido pueblito acogedor donde trabajo”.
4 comentarios:
Ánimo guayaquileña...espero que sepas perdonar mi ingratitud. Un beso.
excelente sigue adelante
besossssssssss
hola esta muy linda tu historia porque nosotros luchamos por el bienestar de nuestras familias y cada dia se repiten cada historia en cada uno de nosotros y son experiencias que a veces han sido buenas otras malas.
Te felicito y sigue adelant porque eres una mujer fuerte y emprendedora.
Publicar un comentario